Ir a contracorriente significa joderse,
requiere de un esfuerzo extra,
de una determinación sobrenatural
para doblegar la duda
de ser
cabalmente,
sin miedo,
sin audiencia,
sin respuestas.
Ir a contracorriente significa soledad,
hay que salirse del camino,
desviarse,
y los desviados no suelen llegar a tiempo a las ceremonias,
no suelen ser bienvenidos en las ceremonias,
deben renunciar a ellas…
en vida.
Deben tener eso claro.
Ir a contracorriente significa desarraigo,
no reafirmarse en el grupo,
poder llevar con dignidad,
la burlas y el rebote
que suelen resguardar las murallas
de la identidad colectiva.
Hay que saltar muchos muros,
hay que ser muy subversivo,
no esperar nada solapadamente,
ningún mérito,
ni moral superior,
porque ir a contracorriente,
es olvidarse de la recompensa al final del salto.
Ir a contracorriente es un salto al vacío.
Hay que ser muy salvaje para ir contracorriente,
muy fuerte, muy inteligente,
tener mucha resistencia.
Ir a contracorriente es muy jodido.
Yo nunca pude,
y a mitad del camino
lo odié todo.
Tomado de Tropipunk, escrito por Blanca Haddad.